Lusitania

Ya estoy de regreso de mis viajes por las tierra lusitanas, la verdad es que ha estado muy bien, pero ahora estoy hecha polvo.

Mi viaje empezó por Navarra, ir otra vez a casa de mi abuela sin que estuviera ella fue un poco extraño, pero como era el bautizo de mi sobrina la atención se desvió hacia la niña que por cierto es una monada...el bautizo fue el domingo, un tanto "informal" la ceremonia en la que tuve que leer, bien, bien, no me equivoqué ni nada, después la comida, que bueno todo, yo creo que mejor que en la boda del jueves...que donde esté la comida española...

El lunes partimos hacia Portugal, menudo viajecito largo, y con super-papá que no suelta el volante ni a la de tres porque dice que si no conduce él se marea, así que se chupó los 800 km el solo como un campeón, luego tenían que temblarle las garrillas al bajar del coche...
La semana allí muy bien, nos hemos dedicado a pasear, ir de comprar (cuántos zapatos bonitos y que baratos todos...) y a cenar todos los días por ahí, que 17 personas cenando en casa es mucho jaleo y allí por 10 euros cenas bien en cualquier lado.

Y así llegó el jueves, día de la boda, la noche de antes si nos reimos con mi prima, yo le decía que si quería, a una señal suya salía y la esperaba con el todoterreno arrancado para huir de la ceremonia, otra opción que le dábamos era que cuando le preguntase la juez si quería al novio como esposo, se volviera hacia nosotras para pedir confirmación, ¿no lo hacen las infantas con el rey?, y mi madre le decía que en ese momento antes de contestar, bajara la cabeza con aire dubitativo...Total que en el momento en el que la juez le hizo la pregunta, ella casi no puede aguantarse la risa...

La boda, como habréis intuido ya, fue civil, en una finca muy chula que estaba ambientada para la ocasión, después de la ceremonia con esa juez que parecía que estaba leyendo una receta de cocina en vez de oficiar una boda vino el aperitivo. Como mi prima había avisado que después había una crema y el famoso bacalao portugués (puagg) que allí es como el asado aquí, había que llenar la tripilla en los entrantes que sino...
Asi que ahí estuvimos, picoteando por aqui, fotos a millones por allá, champagne a tutiplen, un poco de charla con los amigos de mi prima, mi madre presentándonos a los mozalbetes de buen ver...y sí mami, Antonio estaba tremendo ;)

Después pasamos a la zona del comedor y allí nos tocó en la mesa con una pareja de portuguesiños un poco rancios, pero como teníamos al novio de mi Moco, que saca conversación de cualquier sitio salvó bastante bien la situación, y después al bailoteo, Papi levantando los brazos (síntoma de que está animadillo) y moviendo el culete (esto ya es que está muuuy animadillo) y haciendo el tonto un poco, vamos que sacamos mucho partido a la música que dejaba un poco que desear, pero como ha quedado patente una vez más, si hay ganas de disfrutar con cualquier cosa se apaña uno.

Entre unas cosas y otras, la boda empezó a las 17 y hasta las 4 no nos acostábamos...así que el viernes estábamos todos medio zombies y el sábado ya vuelta a la carretera...

Llegué a casa a eso de las 8 de la tarde, y al entrar en la habitación tenía una rosa, una carta y un regalo encima de la cama, que bonico el Pequeño...después un bañito para relajarme del viaje y mientras tanto el me preparó la cena...ays, casi me voy a ir otra vez de viaje para volver a tener una vuelta a casa como esta...

Frase del dia: El amor es una enfermedad contagiosa que vuelve frenéticos a quienes la sufren (Antonine Hamilton)